La pintura ofrece muchas cosas a todo el que la practica. Cada artista tiene su búsqueda. La expresión de uno mismo para conocerse y desarrollarse es la principal, aunque también está el deseo de conocer el mundo que le rodea y acercarse a todo ello. Quizá por estas cuestiones, el paisaje centró mi primera preocupación a la hora de iniciarme en el óleo, para a continuación preguntarme por la luz, la transparencia, la sombra y, sobre todo, el agua. Más tarde, mi atención derivó hacia el color, con la combinación de temas y formas que derivaran directamente a la armonía.
Este último destino es, seguramente, lo que buscaba desde el principio en la pintura, la armonía en el cuadro y, supongo, psicológicamente, en mí misma. De manera que cuando termino de pintar un cuadro puedo adivinar mi estado de ánimo que, a veces, logro transmitir.
Mi galería deriva hacia la armonía en bodegones, paisajes de árboles y ríos, la transparencia del cristal y del agua y, últimamente, flores.
Estupendos todos ellos. Como soy una cursi de mucho cuidado me quedo con los de flores, y también los paisajes
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